
QUERIDA DUPLICADA por Patxi Navarro
Querida duplicada, Cuando te conocí me pareciste insulsa, vana o, cuando menos, una versión incompleta de mi querido juego, porque allí donde conseguías vencer e imponerte sobre el azar, arrasabas también con todo lo que de lúdico y estratégico me aportaba el clásico, mi querido clásico. No recuerdo cómo fue que aprendí a quererte, no…