Aunque el círculo de jugadores en el mundo no abarca en demasía, este fascinante juego de letras lo podemos describir como un sube y baja lleno de emociones, exaltaciones e incluso de temores, donde pasamos largo tiempo jugando múltiples partidas – y entre turno y turno generando una extrema adrenalina – en las que incluso se pueden cometer muchos errores que nos cuesta asimilar para mejorar en un fututo.
Para ser un jugador exitoso de scrabble no solo basta con aprender vocabulario, hay que desarrollar cualidades psicológicas y mentales, trabajando en el proceso irónico que a veces juega nuestra memoria, en la cual solo la suerte favorece a la mente preparada.
Uno de los mayores secretos para salir victoriosos en este juego consta en desarrollar una paciencia sin límites reflejada en cada partida, la cual tenemos que asumir como una balsa de aceite y manejar los momentos críticos con mente fría para tomar la mejor decisión posible, en instantes en que todo tu conocimiento, habilidad y destreza están expuestos sobre el tablero.
La paciencia es una condición esencial para los que pretendan llevar su mejor juego a la mesa. En el scrabble no se trata solamente de esperar buenas fichas y ligar los comodines, sino también de tener la calma para esperar situaciones favorables que se presenten para sacar la mejor ventaja posible en una posición definida en el tablero, sea haciendo una buena jugada (no necesariamente un pleno) o colocando al oponente en su turno, en una situación incómoda.
MINDSET: Potencializando la mente
Mindset es una condición fija que afecta de forma predeterminada el análisis y las interpretaciones de cualquier situación. Por eso es sumamente trascendental y sustancial entender nuestro Mindset aplicado al scrabble, donde el nivel de riesgo puede ser elevado pero controlado y el nivel de ansiedad en que cada partida es alto debido a la necesidad de enfrentar a nuevos jugadores o jugadores elite de forma constante, asumiendo cada reto como un gran desafío.
En muchas ocasiones, es necesario creer que un cambio de estrategia posiblemente mejorará nuestros resultados. Con el fin de perseverar y crecer en el juego, dejaré para un riguroso análisis las siguientes preguntas:
¿Cuáles son las herramientas que utilizo para mejorar mi juego?
¿Cuál es mi preparación previa a un torneo?
¿Qué es lo que determina el avance y crecimiento de mi juego?
¿Cómo analizo a mi rival y que ventajas y/o desventajas tengo sobre él?
Existen dos tipos de mentalidades: mentalidad fija y mentalidad de crecimiento.
Los que tienen una “mentalidad fija” creen que sus cualidades y sus capacidades (habilidad, talento, destreza) ya están fijas y totalmente definidas, e interpretan la derrota de una partida como la falta de suerte y azar. Mientras que aquellos con una “mentalidad de crecimiento” creen que pueden optimizar sus resultados en los torneos, mejorando su habilidad, aprendiendo de cada partida y desarrollando esquemas variables que nos lleven a la victoria a través del esfuerzo y la dedicación.
La mentalidad de crecimiento te permitirá minimizar el nivel de riesgo y ansiedad en cada partida. Una simple adaptación al cambio.
Crea una mentalidad de crecimiento, el hábito de creer en lo posible, el momento de ganar experiencia, el instante que piensas en que puedes vencer y no ser vencido y verás que si lo intentas le darás una oportunidad al logro que tanto estas buscando.
¿Con qué tipo de mentalidad enfrentas tus partidas?
Ivan David Reales.
