El vizcaino José Fernández es el vigente campeón mundial. Milita en el Club Atriles de Madrid, ciudad donde debutó y donde también acumula su mayor bagaje en títulos. Jugador intuitivo y con amplio vocabulario, ha sabido aprovechar lo mejor del Circuito español para formarse; un cóctel que abarca desde el puro “blaismo” hasta la estrategia catalana y el “macramé” sevillano. Su pericia y su genialidad hicieron el resto.
Siete años después de debutar en el circuito español y en tu segunda participación alcanzas el título mundial. Antológica serie final de partidas y fotografía con el mítico Nigel Richards. Redondo. ¿Qué se siente como jugador y como entusiasta del juego?
Muy satisfecho, por mí pero también por el scrabble español. Llevamos algún tiempo sin llevarnos un mundial clásico. Hay jugadores que han estado cerca en los últimos mundiales como Carlos, Antonio, Juan Carlos, Neme o por supuesto Enric; y creo que el nivel de nuestro scrabble se lo merecía.
Se confabularon muchos factores para que yo campeonara.
Quienes te conocen del circuito español saben que precisamente no gustas de las competiciones largas ni de la excesiva presión. ¿Ha supuesto Lille 2016 algún esfuerzo extra en el plan de preparación para compensar ese handicap?
Es cierto que jugar seis o siete partidas en un día llega a agobiarme. Hay un punto de fatiga en que tomo la bolsa sin muchas ganas. Pero llegar a este torneo con sólo siete partidas en la temporada me ha beneficiado en cierta manera, pues venía con hambre de tablero. El hecho de ir progresando poco a poco en el torneo y de que me favoreciesen los elementos hizo que no sólo no me abrumase el número de partidas, sino que disfrutase con ellas.
Presión no sentí ninguna, porque no era favorito ni para quedar entre los cinco primeros. Me recordaba a mi primer torneo, cuando no me conocía casi nadie. Hasta las rondas finales tuve la sensación de que el globo se iba a pinchar y acabaría bastante más abajo, pero mientras eso no pasase yo sólo quería disfrutar.
Jesús Flores en México, Rick de las Casas y Javier Peláez en España, Stevens y Rivero en Cuba, Carlos Vera y Pedro Morales en Perú, y no olvidamos al venezolano Carlos García entre tantos más. Son nombres que en pocos años se han hecho un hueco de honor en el scrabble de su país e incluso entre la élite internacional y pertenecen en su mayoría al grupo de menores de treinta años, la mejor hornada de los últimos tiempos. Con tu victoria mundialista, sorprendente especialmente en América, ¿crees que se puede hablar del inicio de la regeneración escrabblera?
Son nombres que han demostrado su valía en regionales, nacionales y mundiales; y no les faltarán éxitos, aunque un mundial requiere maximizar tus virtudes y minimizar tus defectos. Es una pena que por diferentes circunstancias les resulte complicado presentarse en un mundial. El más conocido es Carlos García, que sin duda podría ser un campeón del mundo. También Jesús va dando pasos certeros hacia un puesto top en próximos mundiales. En cualquier caso todavía queda mucha, muchísima cuerda a los que hoy dominan el escalafón.
En clave española hemos podido comprobar que Javi Peláez ha sido octavo, mejor debutante y segundo mejor clasificado de nuestra delegación, amén de otros premios. Creo que se ha ganado en el tablero figurar en la lista de futuras apuestas ganadoras. Rick es más de “piano piano si arriva lontano”, y creo que también será una buena apuesta, como ya ha demostrado ganando el Campeonato de España.
En la entrevista en TV para Mind Sport afirmaste que si disfrutas de tu juego y disfrutas de cada palabra que colocas en el tablero encuentras suficiente razón como para conseguir cumplir retos. Es una apuesta clara por el factor psicológico, pero entre esos factores que inciden en el scrabble competitivo, ¿cuáles son los que realmente te han servido para catapultarte a la consecución del primer premio?
Da igual que estudies 10 horas al día o que juegues 500 partidas al año. Si el día de la competición tu cabeza no está centrada y a gusto, no verás un scrabble con CRANEOS. En competición el cerebro funciona de otra forma. Cuando llevas 5 horas jugando lo normal es que tus facultades mermen, y algo hay que hacer para limitar ese desgaste. Conozco mis defectos y uso algunas técnicas para evitar el cansancio o para motivarme, aunque ser un jugador más intuitivo que analítico me fatiga menos. De todas formas en este torneo lo tenía más fácil que en cualquiera del circuito español, ya que no ser favorito me hizo tener la mente mucho más relajada. Ese factor fue una de las claves para alcanzar un buen rendimiento.
Las palabras a los presentes tras la consecución del título y las dedicatorias para la afición y quienes te han ayudado en tu desarrollo como jugador causaron impresión. ¿Cómo sintetizarías esa evolución hasta ser campeón mundial?
He mejorado en el juego cerrado y lo peor de todo es que hasta le coges gusto. De hecho, como espectador, empezar una partida con dos UH me parece fascinante y muy valiente contra lo que se pudiera pensar (supongo que esta respuesta te hará perder suscriptores en Argentina). Tampoco soy un grandísimo estilista en ese tipo de juego, pero ya hago mis pinitos. Antes del mundial jugué bastantes partidas online con María de Arcos, que es la que en mi opinión mejor domina ese tipo de juego, y traté de asimilar muchos de sus conceptos “alambicándolos” a mi propio estilo.
Tras 25 partidas a alto nivel, ¿podrías hacer un balance de los jugadores mundialistas que más te han sorprendido y a quiénes destacarías en las diferentes facetas del juego?
Conocía a casi todos por haber seguido las retransmisiones en otros mundiales, así que no puedo hablar de sorpresa. Tuve la “mala suerte” de que Benjamín jugó contra mí su mejor partida, según me confesó; pero eso se tornó en algo positivo, ya que aprendí mucho de esa partida. También Horacio pergeñó una brillante solución a una partida que se le puso complicada, y que finalmente no pudo ejecutar por la caprichosa bolsa.
La auténtica sorpresa fue encontrarme a jugadores totalmente desconocidos para mí como Pellegrini o Graciela Benvenuto, que me demostraron grandes fundamentos.
Serás el último jugador en ganar un Mundial con el actual lexicón. La adaptación al nuevo generará cambios importantes entre aquellos jugadores que más rápido se preparen. ¿Quiere decir esto que podrían abrirse abismos entre distintos niveles de jugadores e incluso entre países?
Si en España se opta por aplicar el nuevo lexicón en junio, con seis meses de retraso con respecto al resto del mundo, desde luego se creará una situación confusa que no creo que nos beneficie.
Muchos verbos se dejarán de conjugar. Conocer bien el origen o la etimología de esos verbos será muy útil para identificarlos cuando aparezcan. No creo que a los jugadores con más vocabulario les beneficie que desaparezcan tantas palabras. Más bien al contrario, la cabeza tiende a confundir cuando está inmersa en la competición.
Campeón de Europa en el 2012, campeón mundial en el 2016. ¿Aceptas el reto para redondear el palmarés con el Campeonato de España?
Mi mayor reto en el circuito nacional a partir de ahora será ganar una partida a Neme Moreno (a quien no he ganado nunca). O jugar alguna vez contra Miguel Rivera o contra Graciela Dalmas.
UN APUNTE
Ante todo tengo que agradecer, además del apoyo incondicional y afectuoso de los nuestros, el trato cordial y amable que recibí de otras delegaciones. Cuando un intruso entra en un club reservado y lo hace casi sin presentarse puede causar recelo: en absoluto fue ese el caso.
Sabiendo que cada delegación apoya a los suyos, no puedo dejar de citar la calidez que recibí de los jugadores a los que conocía o fui conociendo durante el torneo. Tengo que citar especialmente a los venezolanos, a Norma y Aglaia; y después a miembros del resto de delegaciones como mejicanos o argentinos, que pese a que estaban lógicamente con su campeón, no dejaron de apreciar mi esfuerzo.