Aunque el círculo de jugadores en el mundo no abarca en demasía, este fascinante juego de letras lo podemos describir como un sube y baja lleno de emociones, exaltaciones e incluso de temores, donde pasamos largo tiempo jugando múltiples partidas – y entre turno y turno generando una extrema adrenalina – en las que incluso se pueden cometer muchos errores que nos cuesta asimilar para mejorar en un fututo.
Para ser un jugador exitoso de scrabble no solo basta con aprender vocabulario, hay que desarrollar cualidades psicológicas y mentales, trabajando en el proceso irónico que a veces juega nuestra memoria, en la cual solo la suerte favorece a la mente preparada.
Uno de los mayores secretos para salir victoriosos en este juego consta en desarrollar una paciencia sin límites reflejada en cada partida, la cual tenemos que asumir como una balsa de aceite y manejar los momentos críticos con mente fría para tomar la mejor decisión posible, en instantes en que todo tu conocimiento, habilidad y destreza están expuestos sobre el tablero.
La paciencia es una condición esencial para los que pretendan llevar su mejor juego a la mesa. En el scrabble no se trata solamente de esperar buenas fichas y ligar los comodines, sino también de tener la calma para esperar situaciones favorables que se presenten para sacar la mejor ventaja posible en una posición definida en el tablero, sea haciendo una buena jugada (no necesariamente un pleno) o colocando al oponente en su turno, en una situación incómoda.
