Manel Delgado se hizo con la undécima edición de la Copa Llobregat disputada en Sant Andreu de la Barca (Barcelona), en lo que supone su segundo título de este oficioso campeonato catalán sub-1800. La victoria le llegó tras imponerse en la partida final a su compañero del Scrabble Santandreu, Enrique Campanella. La tercera plaza fue para el de Vic, Ramón Solà, debutante en competición en la presente temporada.
CRÓNICA
Invicto y dominando de principio a fin todas sus partidas, Manel Delgado, obtuvo su segundo título de la Copa Llobregat, un torneo que de manera oficiosa premia al campeón catalán de la categoría y que ya habia ganado cinco años atrás.
Arrolló en todas las partidas con amplias ventajas y sólo en una partida tuvo que emplearse a fondo en la recta final, justamente contra Arola Conesa que hasta ese momento aún guardaba opciones de podio. Finalmente aún debió de jugarsela contra Enrique Campanella a una carta, pero el juego le fluía y Campanella que se había mostrado hasta entonces muy fuerte en sus partidas nada pudo hacer.
Delgado y Campanella prácticamente y desde comienzo de la competición mostraron sus cartas y todo hacía indicar que ellos se jugarían el premio. Detrás la igualdad fue mayor de lo esperado y aunque las notables ausencias pudieron hacer mella, nada de ello perturbó la enconada competición.
La sorpresa la dió Ramón Solà, un jugador de Vic que esta misma temporada se había estrenado en el Circuito español. No se presentaba con opciones, o al menos así lo hacía indicar él, pero desde la primera partida se subió al carro de las primeras plazas acabando con un valioso premio para comenzar a arrancar en competición.
Pero Solà tampoco lo tuvo fácil. Ganó remontando sus partidas sobre Arola Conesa y Txema Muñoz; la primera sufriendo en cada una de sus partidas y Txema, el campeón del 2016, perdiendo dos partidas imposibles por escasos puntos o al descuento. Luego la que empezó mal pero fue de menos a más fue Rosa Abella, que pagó caro su falta de ritmo competitivo.
Raquel Aragón cerró la clasificación. La de Hospitalet se sacó de la manga su mejor partida en la última ronda donde por fin pareció agarrarle los secretos al juego.
Muchas ausencias casi determinadas por brujería, hasta el punto que hasta Paco Sánchez presente para jugar tuvo que abandonar incluso antes del sorteo. Menos mal que para dar juego a los byes, la organización contó con Jose Maria Riera que a modo de exhibición, uno a uno se enfrentó hasta cinco veces a sus rivales… y las ganó todas, apuradas pero las ganó.
