El jugador del Club Scrabble Altafulla, Jose Manuel Valencia se ha impuesto en la séptima edición de la Copa LLobregat disputada en El Prat de LLobregat y dirigida a jugadores sub 1800. Manel Delgado (Scrabble Santandreu) y Maria José Lapieza (Altafulla) ocuparon la segunda y tercera plaza respectivamente.
CRÓNICA
Probablemente el campeón de la pasada edición, Manel Delgado, y el reciente campeón sub 1800 en Cerdanyola, Paco Sánchez, fueron los grandes animadores de la jornada de scrabble en El Prat. El primero porque manejó la estrategia acomodando las partidas a su juego y el segundo porque puso el ingrediente más vistoso del scrabble, la puntuación alta en un alegre juego abierto.
No obstante a quienes parecía se iban a repartir el pastel, les apareció Jose Manuel Valencia, el zaragozano del Club de Altafulla, quien añadió otro de los componentes del scrabble, la paciencia y la calma. Pudo con Delgado, el navarro del Santandreu a costa de sangre fria en el último atril, y sentenció con Paco Sánchez en una remontada extraordinaria.
Triunfo final de Valencia, en un torneo donde apenas contó con plácidas partidas. Basta con saber que no solo remontó sus partidas a los anteriormente descritos sino que previamente ganó por la mínima en una perfecta gestión del último atril a Cristina Hernández. Y con su triunfo además facilitaba a Maria José Lapieza la obtención de la tercera plaza final, una clasificación que además representaba la victoria del Scrabble Altafulla en el campeonato catalán sub 1800 de clubes. Redondo desempeño.
Y si entre todos los anteriores se dibujaba el podio, cabe destacar otros nombres que estuvieron cerca: Txema Muñoz quizás fue la mayor revelación. Debutante esta temporada ha mostrado que es uno de los jugadores con mejor perfil de progresión (Delgado le cortó las alas en el último suspiro); también Ieda Oliveira volvió a tener opciones en un torneo. Otrora aspirante seria a premios de la categoría llevaba dos temporadas fuera de toda lucha importante y esta vez se acercó lo más sino se le interpone su compañera de equipo Living en su acceso a podio.
A lo visto, los jugadores del Altafulla fueron sin duda los mejores y con ellos la joven Brianda, que aunque inició con una partida de primer nivel, acabó pagando el habitual juego cerrado que se destila en etas categorías y como no, en la meca «cerrategui» de El Prat, ahogándose en casi todas las partidas que aún así lucho hasta el último atril.
Desmejorado el equipo de El Prat con las hermanas Hernández, siempre en primera línea junto a Sonia Flores (una lástima tuviera que abandonar a media mañana) y que esta vez apenas pudieron levantar cabeza si no llega a ser por una Cristina H. que a punto pudo llegar más alto.
Tampoco los del Santandreu brillaron. Aspiraban a más pero les falló la lleidatana Eva Falguera descompuesta en la jornada matinal, así como el matrimonio Campanella y Agnes, que no terminaba de poder entrar en las primeras mesas alternando buenas y malas partidas.
Y la nota de lujo la pusieron los componentes del club de Hospitalet, L’Hescarràs, que habituales de la competición en lengua catalana mostraron gallardía con tres de sus componentes: Tina Bassòns cerquita de la campanada y a quien cuando encuentre habilidad en la estrategia le será más fácil porque buscando scrabbles su media resultaba altamente competitiva. Juan Carlos Gónzález fue finalmente el mejor debutante y con un meritorio décimo puesto, eso si tras jugarselo a un todo o nada con una jugadora como Sayaka Kamikariya, a la que las partidas se le iban al final como fue el caso. Agónicamente y letra a letra, ambos resolvieron su mach a tiempo límite.
Como siempre el Club de El Prat puso lo mejor de sí en la organización, especialmente en esa virtud que tienen en cuanto a la logística que debe acompañar una competición, material, refrigerios…
Una nueva Copa Llobregat y un nuevo reto, porque quizas pocos sepan que quienes destacan en ella suelen ser protagonistas de temporada a base de ascensos o consecución de premios. Ya van siete ediciones y la del 2015 tendrá su sede como cada año impar en Sant Andreu de la Barca.
