Si algún día voy a un mundial de scrabble quizás no sea el primer dominicano en hacerlo, pues tengo unos pocos paisanos, escrableros como yo, con mejor posición económica para lograr ese objetivo; pero de algo si estoy seguro, y es que sentiré que la espera valió la pena y de que los sueños en cualquier momento se pueden hacer realidad.
Si algún día asisto a un mundial de scrabble llegaré con la convicción de que tendré que medirme ante participantes con más experiencia que yo, contra los grandes zorros de este fascinante juego. Pero de algo estaré consciente: será una de las experiencias más inolvidables de mi vida.
Si algún día llegó al mundial me tiraré todas las fotos que sea posible y las colgaré en mi blog, en las mejores redes sociales y las enmarcaré y clavaré en las paredes de mi casa.
Si algún día participo en el mundial de scrabble viviré en carne propia lo que es el miedo escénico y aprenderé más de mis fortalezas y debilidades en el juego.
Si algún día voy al mundial de scrabble me enamoraría tanto de esa experiencia que de seguro voy a querer volver al evento mundialista del año siguiente.
Si algún día juego en un mundial de scrabble, cuando finalice el torneo y vuelva a casa, será muy duro aterrizar con la realidad de que vivo en un país donde casi nunca encuentro con quien jugar y donde la mayoría de gente me dicen: “no conozco ese juego”.
Pero si de algo estoy seguro es que, aunque no sepa cómo ni cuándo, estará latente en mis deseos, primero, asistir a algunos de los mejores clubes escrableros del mundo y, por último, al mundial.
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