Científicamente ya se ha desvelado el misterio. Un jugador de scrabble no es más inteligente que cualquier mortal, ni Picciochi, ni Enric, ni Benjamín, Claudia, Emig, Airan o cualquiera de los grandes campeones.
Que no… que un estudio de unos psicólogos norteamericanos con apoyo financiero proporcionado por una beca del Estado de Florida ha elaborado un trabajo donde se nos viene a decir, afirmar y ratificar que la inteligencia en el mundo del scrabble va íntimamente ligada exclusivamente al mundo del scrabble.
Numerosos psicólogos hacía tiempo que pretendían examinar el rendimiento experto en dominios cognitivos complejos y dicha beca ha facilitado las cosas en cuanto se ha resuelto un informe de resultados tras acometer un estudio sobre la habilidad manifiesta de jugadores de scrabble.
Para ello se han basado en dos paradigmas de la investigación incorporando valoraciones en cuanto a diferencias individuales y un criterio comparativo. En total escogieron a los cuarenta mejores clasificados de un torneo concreto.Veinte considerados de élite y veinte de posicionamiento de ranquin intermedio. A estos les unieron cuarenta jugadores novatos y de esta manera completaron una batería de tareas de laboratorio donde cruzaron todo tipo de pruebas para evaluar la capacidad verbal, intelectual, analítica y estructural de cada uno de ellos.
Los análisis revelaron que los jugadores ya fueran élite, intermedios o novatos presentaban idénticos niveles y que únicamente diferían en el desempeño de las tareas representativas del scrabble.
Dicho en lenguaje común, somos mortales con la misma predisposición intelectual que un jugador de dominó, uno de parchís o un ajedrecista por citar ejemplos. Cualquier persona con preparación específica en el scrabble puede llegar a ser campeón y sólo en este ámbito del juego estrictamente puede desarrollar las capacidades para subir su nivel.
Es consecuente que otros estudios ya habían desvelado que aquellos con estudios o dotes en el campo de las ciencias o la música tenían mayor predisposición de entrada para triunfar, pero sólo exclusivamente por cuestiones propias del esquema del juego, no por su intelecto.
Una jugadora catalana enterada de los estudios y titulaciones de algunos de los grandes campeones venía a decir: “claro, así es imposible, yo sólo tengo el graduado de primaria”. Cuan grave error que científicamente por fin se nos muestra evidente.
Probablemente sea cierto algo de lo dicho, pero no por el valor intelectual de las personas, sino por la habitualidad de quienes han desarrollado un periodo estudiantil, a adquirir unos hábitos, pautas y unos protocolos de disciplina a la hora de prepararse mediante estudio, asimilación de estrategias e incluso seguridad anímica ante el tablero.
En definitiva para ser campeón, prosperar en el ranking, llegar a un podio en cualquier nivel, clasificarse para un mundial o aumentar su categoría sólo cabe proponérselo, prepararse, seguir un método y como dice el psicólogo Ferrater, creérselo, especialmente esto último.