PALABRAS QUE QUEDAN

A menudo cuando colocamos una palabra podemos recordar como la aprendimos, quien nos la puso por primera vez, e incluso acabas relacionando esa palabra con aquella persona. Viene a ser como aquello que nos pasa cuando al escuchar una canción la memoria nos hace revivir una situación. un momento de la vida, un instante o simplemente el recuerdo de un hombre o una mujer.

En el mundo del deporte siempre hay momentos que quedan grabados. El gol de la mano de Dios, un mate de Jordan, un sprint de Usain Bolt, un demarraje de Contador, la curva imposible de Marquez, el mordisco de Tyson, un ensayo de Lomu…miles y miles de imágenes.

Si lo extrapolamos al scrabble también quedan grabadas jugadas extraordinarias y más si son decisivas para un torneo, una partida o un desempeño. Imágenes de momentos únicos, errores monumentales y más aún, algo tan simple como aquella palabra que vimos o no llegamos a ver y que  nos dió o nos quitó una victoria.

Quien no recuerda el fabuloso QUEROCHAD o el sorprendente ASCESIS de Enric Hernández en la primera partida de la final de Buenos Aires, el URAJEADO de Rogelio Ribas en la final nacional argentina, el DEANAZGO de Carlos Olaizola en la final venezolana, el NANTABAN de Claudia Amaral en Margarita, el TINGUROS de Blai en San José… O momentos como el espectacular final de Diego González en la Copa de las Naciones con la explosión de alegría argentina tras la victoria.

Cada país, cada club, tiene esos momentos y esas geniales jugadas, algunas que fueron y otras que pudieron ser. En España aún recordamos el AMOL que Alejandro González nunca puso en un Master y que durante diez minutos dejó en vilo quien ganaba el torneo; el SOCIALIZO en una última jugada de Montse Hergueta aprovechando un OC y que le dió un subcampeonato; el VACIADORES de Joan Lázaro sobre dos lineas verticales DO y S ; el ODONATO que nadie, salvo el “maestro” Álvarez vió en Madrid; aquel ALCOHELA que bajo cero dejó caer José Fernández en León; el espectacular  OOLITICA del «extraterrestre» Emig;  el mítico GORRAZOS sevillano que dió  nombre a una acción del juego o como no, los sorprendentes BARRUJOS y CARRIQUE del mago de las palabras,  Blai Figueras, en Girona.

Todos estos son algunos de los miles y miles de ejemplos que podemos encontrar y recordar. Algunos cómunes para muchos por su espectacularidad y el momento que fueron ejecutados. Otros más personales por lo crucial que supusieron para el lance de una partida o un torneo.

Como todo en la vida hay a quienes la magia del scrabble les llega por diferentes vías: la grandeza de la anagramación, el conocimiento del lenguaje, el infinito resultado de mezclar letras en un atril, la adrenalina de la competición, la sociabilidad de los encuentros periódicos o como en este caso disfrutando de esos detalles que no dejan de sorprendernos.

Todos estos aspectos por separado o mezclados nos acercan a la pasión, y ya se sabe que con la pasión cualquier detalle se hace magnificencia.

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