EL PROCESO IRÓNICO DE LA MENTE por Iván David Reales

Aunque muchos dicen que para aprender a jugar al scrabble solo se necesita saber leer y escribir, los que estamos inmersos en los tableros queremos llegar a lo más alto y convertirnos en jugadores de primer nivel. En realidad, el scrabble es un juego que requiere de mucho análisis, debido a la cantidad de variantes que se presentan en cada tablero; un juego que debemos ver más allá de la estrategia y las probabilidades.

Seguramente en el scrabble te has puesto metas para mejorar tu juego, pero muchas veces seguimos cayendo en los mismos errores (exceso de confianza, subestimar al oponente, mal conteo de letras, abrir un gancho a propósito y que el rival lo aproveche, olvidar oprimir el reloj, etc.) los cuales tarde o temprano nos cuestan derrotas. En muchas ocasiones, en lo que pareciera que algún ente pérfido ha tomado posesión de tu mente, imposibilitándote y llevándote a cometer errores en los que habías trabajado y que jamás pensabas que volverías a cometer.

Existen dos procesos que se dan cuando tratamos de controlar la mente: el proceso de operación y el proceso irónico. El primero es consciente, hecho con esfuerzo con un objetivo establecido, el de suprimir un pensamiento o un comportamiento; el segundo es inconsciente, sin esfuerzo, y no busca cooperar con el éxito.

El mecanismo de supresión de pensamientos lleva implícito estos dos procesos. Cuando tratamos de evitar algún comportamiento, no significa que lo estemos eliminando de nuestras mentes. De hecho, sigue ahí, bajo la superficie de tu mente, manteniendo un perfil bajo en lo que llamamos memoria implícita; esconderlos ahí lleva cierto esfuerzo mental y dicho esfuerzo es el disparador del proceso irónico.

Un ejemplo claro es hablar de la famosa letra “Q”. Si en cada momento de la partida te ronda en la cabeza esa letra y quieres que nunca te llegue, más repetidamente pensará s en ella. Cuando el ser humano trabaja en suprimir un pensamiento, lo primero que hace es pensar en el mismo y segundo hacer un esfuerzo por suprimirlo… de momento.

Este mecanismo de supresión normalmente funciona. Cuando esto sucede, no hay problema, no se pierde el tiempo pensando en la “Q” y en aquellas otras letras que son incómodas de ver en el atril. El problema es cuando bajo situaciones de estrés o presión, estos pensamientos y acciones tienden a ocurrir con mayor frecuencia. El problema no es sacar esas letras incómodas de la bolsa, sino saber cómo asimilamos el momento para no entrar en desesperación, y que aquella situación nos ponga bajo alguna carga mental que nos termine costando la partida.

El punto con este análisis del ser humano es comprender por qué a veces actuamos de manera aparentemente irracional. ¿Habrá cura para este padecimiento? En el scrabble, lo que debes hacer es mantenerte concentrado y tomar el tiempo necesario para analizar las situaciones adecuadamente para así evitar que ese ente pérfido actúe en tu cabeza.

La práctica te dará un mejor control de tus emociones. Usualmente, los jugadores más experimentados saben manejar la presión ante determinadas situaciones y son capaces de suprimir pensamientos indeseados.

diego 646

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