El reciente triunfo de Miguel Ángel Henares en el campeonato de España 2017, precedido del de Rick de las Casas en 2016, ha confirmado la evolución y la revolución que está experimentando el Scrabble en España. Se trata de un cambio progresivo pero imparable, ajeno a la casualidad y fruto de la causalidad. La clase media del Scrabble ha tocado la gloria y una vez que ha saboreado las mieles del triunfo, este grupo de jugadores no va a conformarse con poco. El asalto de la clase media ya está teniendo lugar, y estos jugadores han llegado hasta aquí para quedarse.
Y si hablamos de clase media, nos referimos a una variopinta diversidad de jugadores, mezcla de veteranos, jugadores nuevos y jugadores en constante evolución.
Hay un grupo de jugadores que comenzaron su andadura alrededor del 2010 o 2011. Se trata de jugadores que tuvieron comienzos duros y que poco a poco han ido creciendo, a base de derrotas, desengaños y sinsabores, hasta llegar a lo más alto.
Jugadores como el actual campeón, Miguel Ángel Henares, que ahora mira atrás y recuerda con una sonrisa algunos de sus primeros torneos allá por el 2009 y 2010, pero que pasaron años duros en los lodazales de la clasificación. Pero los currantes del Scrabble rara vez se rinden, y Pingus lo es. Por eso al cabo de los años comenzó a recoger el fruto de su trabajo con un triunfo en 2014 en Madrid. Dos segundos puestos le siguieron, en Sevilla 2015 y Fuengirola 2016, prueba de su crecimiento como jugador, hasta encumbrarse en el campeonato de España 2017.
Caso parecido es el de Juan Novoa. Sus comienzos en 2010 tampoco fueron fáciles. Sin embargo, al igual que Pingus, en 2014 comenzó a avisar con un tercer puesto en Murcia, y ya en 2015 dio el salto de calidad con dos primeros puestos en Murcia y Valencia y un subcampeonato en Fuengirola. Otro triunfo en Murcia 2017 y otro subcampeonato en Madrid 2017 lo confirmaron como peligrosa alternativa a los de arriba.
Otro de los jugadores de este grupo es Rick de las Casas. El campeón del año pasado comenzó a jugar en 2011 y tras años de sinsabores y de constante progresión y escalada en cada torneo, acabó llevándose el campeonato de España 2016. Ya venía avisando con varios segundos y terceros puestos en torneos anteriores.
Por otra parte, un grupo parecido al anterior está compuesto por jugadores que también comenzaron su andadura hace cinco o seis años pero que sufren cierta irregularidad en su juego y en su progresión, caso por ejemplo de Xavi Camprubí o de Elena Tazón. El primero, capaz de lo mejor y de lo peor sobre el tablero, ya demostró con un triunfo en Castellón 2015 que puede pintarle la cara a cualquiera. La segunda, más peligrosa año tras año pero siempre a las puertas de dar el salto de calidad por falta de una mayor implicación en el estudio del juego.
Distinto es el caso de jugadores que irrumpieron en el circuito como un cohete, en contraste al grupo anterior. Se trata de jugadores que lejos de batirse el cobre desde abajo, tienen un talento innato para el juego o bien llegan curtidos en lides similares a las del Scrabble. El paradigma de este grupo es, con mayúsculas, Javi Peláez. Su debut oficial en torneo fue en el campeonato de España 2012, donde causó sensación derrotando a jugadores de primerísimo nivel. El Señor Oscuro arrasó en 2015, llevándose los campeonatos de Sevilla y Fuengirola. En 2016, también conquistó Sevilla y fue octavo en el Mundial de Lille, acaparando premios por doquier y generando el pánico en sus rivales.
En este mismo grupo está José Antonio Lozano, menos explosivo pero muy regular, al que su procedencia ajedrecística ha ayudado en el mundo del Scrabble. En su segundo torneo oficial ya se hizo con el triunfo, sorprendiendo a propios y extraños. Y no se quedó en flor de un día, merced a numerosos pódiums y al tercer puesto en el campeonato de España 2017.
Dentro de esta clase media no hay que olvidarse de veteranos que siempre aspiran a medirse con los de arriba, como Joan Lázaro, tercero en el campeonato de España, o como Crápula, ejemplo de jugador veterano que no se queda estancado y que va mejorando su juego año tras año.
No hay más que ver el pódium del campeonato de España para ver de lo que hablamos. El ya laureado Pingus Henares, el veterano Joan Lázaro y el ajedrecista Lozano han conformado un pódium inédito, una sorpresa a priori, pero no tanto si nos atenemos a todo lo que se viene cociendo.
Hay quien dice que las nuevas tecnologías y el hecho de que desde hace ya unos años se puede practicar Scrabble desde cualquier dispositivo en cualquier momento, ayuda a que cada vez se juegue más y por tanto a que los jugadores estén cada vez mejor preparados y todo se iguale. También hay quien afirma que hay muchos jugadores de “clase alta” que juegan pocos torneos y muchos jugadores de “clase media” que lo juegan casi todo, con lo cual estos últimos destacan más.
Lo que es indiscutible es que el presente y futuro del Scrabble responde, sin duda, a un perfil de jugador muy concreto. Se trata de jugadores con mucha hambre de tablero, apasionados del juego y con unas ganas irreprimibles de avanzar, competitivos a rabiar, aún jóvenes y capaces de invertir tiempo y neuronas a raudales en el juego y el estudio del Scrabble. Son por ejemplo, los ya nombrados Peláez, Pingus o Rick, y otros como Chelo Charlan o el talentoso debutante cántabro Sergio Laiseca.
Y sí, es cierto que las casualidades existen. Y que la suerte influye. Y que un jugador del montón puede ganar un torneo.
Pero es innegable que hay un cambio radical en el Scrabble, que el abanico se ha abierto y que por las razones que unos y otros quieran argüir, el elenco de jugadores que puede ganar un gran torneo va creciendo y eso ya nadie lo puede parar.
Excelente artículo Santi. Enhorabuena.