ENRIC HERNÁNDEZ

Cuando en un tablero aparece la palabra QUEROCHAD todo jugador con experiencia se acuerda de él. Enric Hernández es el actual número uno del ranking internacional, y basta decir que ha jugado cinco finales mundialistas de las que salio victorioso en dos. Sus duelos con el venezolano Airan Pérez ya son míticos, y aunque a este jugador del Club Scrabble Cerdanyola español, se le acumulan los seguidores que envidian sus capacidades ante el tablero, él no duda en proclamar su admiración por Nigel Richard a quien por fin podrá conocer en Lille 2016.

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Empiezas a jugar en los albores de la competición en español allá por los años noventa, pero han de pasar unos años para ser conocido como jugador de élite con títulos y distinciones. ¿En qué momento sucede y cuál es el paso que das para llegar a ese punto?

Sí, han pasado ya unos cuantos años desde esas partidas con Miguel Rivera y su desvencijado juego. Por aquel momento, salvo alguna que otra perla que encontrábamos en algún diccionario o enciclopedia (¡aceptábamos cualquier fuente documental!), jugábamos pertrechados casi exclusivamente con el lenguaje de uso común. El fin de esa edad de la inocencia vino marcado por momentos como la primera vez que me topé con “hápax” sobre un tablero, y el repentino convencimiento de que para jugar un poco decentemente a este juego era imprescindible zambullirse en las, no siempre plácidas, aguas del diccionario.

A la hora de evaluar los distintos factores que inciden en el juego, nadie se pone de acuerdo. Para Enric Hernández ¿cuáles son los que realmente le han servido para catapultarlo al número uno mundial?

En mi opinión no se trata tanto de los factores que inciden sino de los que lo hacen y además pueden ser controlados. En ese sentido, factores como el azar o (por extremar el argumento) la meteorología, no deberían preocuparnos lo más mínimo. Particularmente, procuro centrarme en aspectos como el conocimiento del vocabulario o la disposición de ánimo para afrontar un torneo. Ahí siento que puedo hacer algo y que cualquier esfuerzo redunda en una mejora.

En un tiempo la participación en mundiales u otras competiciones suponía un plan de preparación espartana, pero en los últimos años parece haber cambiado esta a aspectos menos rígidos. ¿Qué lleva a este cambio y que recomendarías a otros jugadores?

Aquí aplicaría aquello de “cada maestrillo tiene su librillo”. Cada jugador conoce cuál es su mejor forma de prepararse para un torneo: los hay que revisan listas hasta prácticamente sentarse a jugar, los que se apartan del Scrabble una temporada antes de los torneos para evitar la saturación .. en fin, para gustos, colores.

En mi caso procuro resolver anagramas para tratar de ganar algo de agilidad mental.

Ser el número uno mundial no implica seguir manteniendo retos abiertos: mejorar en las duplicadas, la Copa de las Naciones…o conocer personalmente a Nigel Richards. ¿Todo puede ser posible?

La posición en el escalafón no influye en absoluto. Tras los torneos, y aprovechando que todavía mantengo frescas en la memoria las partidas disputadas, suelo revisar algunas. Este ejercicio, además de para ruborizarme, sirve para evidenciar la cantidad de errores cometidos. Y no hablo sólo de no ver jugadas relativamente complejas, sino de la toma de decisiones estratégicas objetivamente malas. En este sentido el reto sigue siendo el mismo: cometer menos errores.

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Como jugador has vivido experiencias internacionales aparte de la competición española. ¿Podrías hacer un balance de los jugadores que más te han sorprendido y a quiénes destacarías en las diferentes facetas del juego?

Antes mencionabas a Nigel Richards. Sin ánimo de menoscabar el gran talento de los jugadores del circuito en español creo que el desempeño de Nigel en el pasado Campeonato Mundial en lengua francesa, en particular su actuación en la modalidad duplicada, es francamente impresionante.

Si a eso le unimos su extraordinario currículum en su lengua nativa, en mi opinión es de justicia otorgarle la consideración de número uno.

Como seguidor del scrabble en español, ¿qué ha evolucionado en positivo o negativo en estos últimos años?

En el aspecto positivo resaltaría la mejoría en el nivel de juego de los participantes en los torneos. Dicha mejora, a su vez, es un estímulo constante para el progreso en el juego del cual creo que salimos todos beneficiados.

No tan positivo es el estancamiento, al menos en España, del número de jugadores. Estancamiento tanto en número como en franja de edad. En este sentido me gustaría destacar iniciativas como Scrabble Escolar para atraer la atención de niños y jóvenes hacia la práctica del juego, de forma que comprueben de primera mano que esto de las palabritas y las sumas no es tan aburrido.

La adaptación al nuevo lexicón generará cambios importantes entre aquellos jugadores que más rápido se preparen. ¿Quiere decir esto que podrían abrirse abismos entre distintos niveles de jugadores e incluso entre países?

En mi opinión los supuestos abismos serían los mismos que, de producirse, ya existieran en la actualidad. Hay muchas formas de acercarse al juego, todas perfectamente válidas y respetables, y es en función de esa actitud que se originarían las diferencias. Aquellos jugadores que antes acometan un plan de estudio del nuevo lexicón sin duda gozarán de una ventaja competitiva respecto a los que no lo hagan, pero de la misma forma en que actualmente un jugador con hábitos regulares de estudio dispone de más armamento que otro cuyo aproximación al juego sea de carácter, digamos, más lúdico.

Veinte años después, ¿Qué continúa aportando el scrabble en tu vida?

Este juego es un compañero de viaje del que, con el paso del tiempo, espero haber aprendido algunas cosas. Cosas como que ni en el Scrabble ni en la vida existe una banda elástica que se va tensando con cada mal atril que recibes, de forma que sea cuestión de tiempo que alguien o algo te resarza en forma de lluvia de comodines. O que con demasiada frecuencia, podemos vernos tentados a elaborar el concepto de justicia a conveniencia, pervertiéndolo y reduciéndolo a un conjunto de excusas ingenuas e improductivas. O que al final no se trata tanto de ganar o perder partidas sino de jugar cada turno (o afrontar cada circunstancia vital) lo mejor posible, aprovechando al máximo las fichas de las que disponemos en ese momento. Dos doses nunca podrán contra cuatro ases, eso está claro, pero si no aprecias el placer de jugar esa pareja de forma adecuada mejor ves dejando este juego. En fin, vida y Scrabble a veces se entrelazan y yo espero seguir aprendiendo de ambos.

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Gracias Enric

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3 comentarios en “ENRIC HERNÁNDEZ

  1. «Jugadorazo» perdón. Ah, y con Airán son la santísima tetranidad. Fin de la fe de erratas

  2. No solo es un judaorazo, es un caballero. Olaizola, Piciocci y Hernández conforman la santísima Trinidad del Scrabble

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