El sevillano del Club Azeuxis, Rick de las Casas se ha proclamado campeón de España en la modalidad clásica este pasado fin de semana en Altafulla (Tarragona). Juan Carlos Ayala y Serge Emig completaron el podio tras un enconado final para cubrir las primeras posiciones. El título nacional sub 1800 lo obtiene Luisa López (Club Atriles), mientras Pepe Baynat (Club Castalium) obtiene el trofeo al mejor debutante en un Nacional.
CRÓNICA
Van un sevillano, un vasco y un francés por la costa catalana…
No es un chiste. Son los que se subieron al podio del Campeonato de España que este pasado fin de semana alcanzó la mayoría de edad en Altafulla (Tarragona).
Y de que manera se celebró !!. Será recordado este Nacional como uno de los mejor organizados de todos los tiempos, más que nada por el empeño de un club local, una asociación «Link» en la que está encuadrado el colectivo de juego, y un equipo de gobierno municipal que facilitó y honró a sus visitantes de una manera especial. Su alcalde y la regidora de Cultura, expresaron en la entrega de premios, el esfuerzo por dar lo mejor y con la mejor imágen. No cabe duda que así se hace pueblo, país, cultura y hermandad, que buena falta nos hace y que bien quedó reflejado y representado en ese idílico espacio de la costa catalana..
Pero vamos al lio, como diría un castizo. Saltó la mayor sorpresa que jamás ha dado un campeonato estatal con la victoria de un jugador no ranqueado ni entre los veinte primeros puestos. Un jugador andaluz muy querido por la afición y ejemplo de superación permanente. Rick de las Casas, la “esponja”, el hombre que asimila conceptos en cada torneo, que ha descubierto como dominar los tiempos de juego hasta el punto de llevar a sus rivales a su terreno, y ante todo un artista en el uso del macramé, el arte más sagrado del juego sevillano.
Junto a Rick en el podio, estaba Juan Carlos Ayala, el dos veces campeón de España, que de nuevo recuperó su viejo estilo de aislamiento permanente durante el torneo. También estaba un clásico en premios, como Serge Emig, una auténtica montaña rusa, que de mal inicio pronto recuperó la magia para subir como la espuma. Y eso que esta vez al francés le pusieron en bandeja la tercera plaza, tras un error de bulto de Tori Martinez al que le pudieron las fuerzas y la presión de verse arriba.
Tori fue uno de los que brillaron en el Nacional; pero es que el “ciclón” lleva una temporada exquisita con sus tres abiertos ganados en lo que va de año. Brilló también la de Tárrega, Arantxa Delgado ya no flojea en los torneos grandes y si el año pasado fue tercera ahora se quedo con la medalla de chocolate en un extraordinario desempeño. Para ello en la última ronda se deshizo de Jose Maria Riera, otro que dio de sí como nunca lo ha hecho y siempre manteniendo regularidad en la clasificación.
Por fín se vió de nuevo arriba a Joan Lázaro, añorado en sus triunfos y recuperado para la causa. Muy cerca suyo, Alicia Acosta, por momentos brillando arriba de la clasificación. Y así también resurgiendo de sus cenizas, Montse Sánchez para flirtear con el podio, agarrarse a las primeras mesas y volviendo a ser letal en su juego.
Los del Azeuxis, no se conformaron con ver ganar a Rick de las Casas, porque Álvaro Noguer y José Montes fueron un espectáculo apiñados en las mesas altas. Si no era uno era otro, siempre dando la talla de campeones. Como la dio Vanessa Amorós y Jose Antonio Lozano; la primera con un resultado final injusto amén de que fue durante mucho torneo un baluarte a la que se le complicó la competición en el peor momento, algo que no ocurrió con el del Atriles, que pasito a pasito va mostrando que los motores diesel tienen recorrido.
La caballeria “nyola” sin su gran número uno Enric o Neme Moreno, venía dispuesta a todo. Miguel Rivera era muy esperado en su desempeño, y sobretodo despues de su trabajado título duplicado. Pero al de Cerdanyola no le fue bien de inicio y trabajo tuvo para dar el do de pecho y maquillar su torneo yendo de menos a más. Todo lo contrario del transilvano Mocanu, caballero andante que batalló bien arriba desinflándose tal pompa de jabón. Y junto a ellos, Gloria Bigorra, en un sube baja permanente siempre en la mitad del torneo. Como estuvo Gallén, el jugador de El Prat, que por momentos tuvo sus oportunidades para estar más arriba si cabe.
Camprubí, y los “nefarios”, Joana Rubio y Santi Rosales fueron dando destellos sin acabar de sentenciar en la competición. Una mezcla entre Winter y los famosos “ ahora gano ahora pierdo”. En mitad de las mesas “quiero y no puedo”, el primero, batallando de menos a más, la segunda, y con su clásica excusa de “jugando como nunca, perdiendo como siempre”, el tercero.
Regresó a la competición española, once nacionales despúes, Andreu Pont. El campeón de Paraguay, por momentos se le vió que quería estar arriba y a brios que lo intentaba si bien los grandes tótems del torneo acababan por no dejarle entrar en la pomada. Circunstáncia que no empaño su desempeño.
Un título que se peleó fue el de “mejor debutante en el Nacional”. Había unos cuantos, pero desde el inicio, se vió que iba a estar entre el de Castellón Pepe Baynat y Marina Colson, la francesa, afincada en Barcelona, y hasta hace bien poco seleccionada por Argentina. No se distanciaba uno del otro en la clasificación y si en el primero de los cruces la francesa fue mejor, la última ronda del torneo les dio la oportunidad de jugarse el trofeo entre ambos. Baynat ganó e hizo recordar que lleva una temporada aferrado a podios.
En los campeonatos de España hay un premio que distingue al mejor sub 1800 (por debajo del ranking de apertura competitiva). Es nuestra segunda categoría y su título de campeón nacional nunca ha sido ganado por un hombre. Andoni Castellano, con la mejor progresión de temporada, era uno de los favoritos de la afición, el vizcaino y la aragonesa Maria José Lapieza. Pero ellos no fueron protagonistas; para ese honor la madrileña atrilera Luisa López se distinguió de principio a fin. Parecía pegada a un mismo punto de juego en la sala y supo ser líder sin ceder un ápice hasta el punto de ganar en una enconada partida final sobre Octavian Mocanu. Así, a lo grande.
Andoni trabajó pero no se encontraba a si mismo y cuando mejor se le ponían las cosas, llegó Angels Ribé, en plan winter sub 1800, y truncó su sueño. “Living” Lapieza también fue de Winter..”que mal empezó que bien se recuperó”, pero sin tiempo de hincar el diente a la flamante campeona madrileña.
En esa lucha no podía faltar Graciela Dalmas. Como no iba a estar peleando por el premio, la campeona del 2015? . Cuatro títulos en un año la avalaban y no defraudó. Como tampoco lo hizo Maria Marta Gismondi, siempre pisando talones a la del “Atriles” pero a la que un mal inicio no le permitió destaparse a tiempo.
Lo intentaron otros grandes de la temporada en la categoría. Campanella arrancó fuerte pero se le hizo largo el campeonato; el campeón catalán Txema Muñoz no encontró continuidad en sus resultados; el campeón en los madriles, Carlos Isusi, se vino abajo al poco de comenzar; Ieda Oliveira y Agnes Lantos pelearon sin suerte por entrar en la pugna y los “castalium” , Malpartida y Monreal, sufrieron lo indecible por salir airosos.
Eso si, con premio de chaparrón, y no por ello con sonrisa permanente, Ligia Pastori, debutante de temporada, jugó su propio torneo. Aprender, disfrutar y como bien decía, si se puede, ganar alguna. Y lo logró…saltos de alegría daba tras ganar en la última partida y con dominio de la partida. “aprendí tarde, pero aprendí” decía.
Y como siempre, están los damnificados. La que más, Inma González, que ya avisaba que le faltaban horas de juego, más tablero y más torneos. Sufrieron también más de la cuenta e injustamente, Paco Sánchez y Elena Tazón, hasta el punto de descender de categoría. El primero echa en falta jugar más y la segunda hace tiempo no encuentra su “feeling” de juego tras dos temporadas exquisitas. También el rodaje de temporada lo echo en falta Brianda, nuestra representante en el próximo internacional junior, y a la que se le añoró en mejores posiciones durante el campeonato.
Lo dicho, de todo como en botica. Y los premios como la lotería, con reparto por toda España y parte del extranjero.
Resumido a cuentagotas el torneo, solo falta el arbitraje: Bien resuelto, ágil entre rondas, firme en la aplicación del reglamento, y detrás de todo, con la presencia de dos clásicas en las mesas técnicas de la competición catalana, Adela Ruiz y Arola Conesa.
Pescado vendido y por favor, mil veces se sepa, organizado como mandan los cánones del buen hacer, con maestría, elegancia y profesionalidad.
Un aplauso para Altafulla.