El sevillano del Azeuxis, Javier Pelaez, se ha impuesto en el amistoso Torneo Ribera de Duero disputado este fin de semana en La Horra (Burgos). Enric Hernández y Juan Carlos Ayala coparon el podio en la segunda y tercera plaza respectivamente. Otro jugador del Club Azeuxis, Rick de las Casas se llevó el premio al mejor sub-1800.
CRÓNICA
Como empieza la temporada!!!!. Si hace apenas dos semanas una niña de 15 años se hacía con el tercer puesto en el Rural de Canyamars, primer oficial del curso, ahora llega la sorpresa en el primero gran amistoso preparatorio mundialista: Javi Peláez con 26 años y en su segunda temporada en competición se codea con los grandes y acaba metiendose en el bolsillo un primer premio destinado hipotéticamente a la creme de la creme mundialista.
El sevillano se fue a comer el sábado como líder; se metió en la cama como líder y todavía se creció en la mañana del domingo para acabar ganando el torneo. Y más curioso aún sería se apreciaramos que hasta los astros se alinearon con el campeón, porque en última ronda se debían cruzar todas las circunstancias posibles en una: que ganara su partida a Xavier Camprubí, que Ayala perdiera contra Enric Hernández, que Juan Novoa no ganara a Santi Rosales y que Rick de las Casas venciera a Pablo Bach. Y todo se cumplió. Grande, grande.
El torneo en La Horra, el Burgos rural, la Castilla del Cid, la España profunda… tenía todos los ingredientes de ser una bendición para los jugadores ávidos de acontecimientos relajantes. Llegaron de Madrid, Andalucía, Alicante, Cataluña. León, y lo hicieron para compartir, jugar y homenajear al campeón de España Juan Carlos Ayala, que cuando organiza y gestiona un encuentro de apasionados escrabbleros no tiene rivales, sólo amigos.
Y la fiesta empezó con una cena en el pueblo vecino, Roa, un paseo nocturno bajo la lluvia y una duplicada semi grabada por distintos componentes etílicos que ganó el organizador con la sorpresa de un Xavier Camprubí rozando el 89 % y acabando en segunda posición.
La apoteósica noche dejó secuelas previsibles por la mañana, justo cuando el club de seguidores Ayaleses, LOS NEFARIOS, se enfundaron una camiseta dedicada a su ídolo mientras Juan Novoa regalaba una camiseta al gran Ayala, que causará gran revuelo en Buenos Aires.
Con lo dicho… la resaca causó estragos. Pocos eran capaces de ganar o estar alerta dos partidas seguidas; los del Santandreu muy perjudicados, apenas salían de las últimas mesas; los madrileños con la misma facilidad, ganaban o perdían… y como dos campeones sin piedad, el sevillano Peláez y Vanessa Amorós no dejaban títere con cabeza y arrasaban a su paso incluso con los dos grandes favoritos, Enric y el «nefario máximo» Ayala.
Si la cosa andaba entre quien era capaz de aguantar más o menos; al mediodia se realizó una excursión a unas bodegas denominación Ribera del Duero, Sublime y perdición con una cata de tres vinos diferentes que dejó sentenciados a unos cuantos más…pero ay!!! Diosssss !!!! la catarsis estaba por llegar con el lechazo que la familia Ayala preparó a los presentes.. Apoteósico, tremendo, apocalíptico.
Los cuerpos se desparramaron por la casa: los más prudentes se subían a sus habitaciones; los más listos se dejaban caer en los sillones y los desaliñados derrotados yacian en el mismísimo suelo. Puede el lector imaginarse como fue la tarde.
El «señor oscuro» Peláez se quedaba invicto y sólo los dos campeonísimos Ayala y Enric eran capaces de seguir su estela. Eso sí. llegada la noche se desató la euforia y descubierto el secreto del sevillano le obligaron a ingerir una pócima de mezcal. Surtió efecto y a la mañana siguiente le esperaba un ataque enfurecido de los dos campeones.
Tan tremenda fue la segunda noche en discordia, que el domingo la cocina y el comedor parecían paisaje propio de una batalla medieval. La madrileña Ruth, debutante y resignada a perder todas las partidas se llevaba las manos a la cabeza ¿donde me he metido? pensaría. Algunos nefarios del Santandreu fueron los madrugadores, esta vez no bebieron y se acostaron pronto, querían maquillar su paso por el Torneo Ribera de Duero. Los madrileños del Atriles siguieron sus pasos. El resto iban saliendo de sus guaridas con mala cara, perjudicados, soñolientos, cansados.
Y así la mañana se sirvió entre cuerpos embarazosos: Santi Rosales, Joana Rubio y Alicia Acosta enmendaron la plana; Vanessa, exitosa el dia anterior sufrió lo indecible para ligar buenas partidas, Juan Novoa se deshinchaba levemente y Javier Peláez sucumbia contra Ayala. Los demás batallaban por salir airosos y especialmente Pablo Bach y Antonio Moya trataban de sumar para maquear su clasificación, aprovechándose de la cohorte de damnificados nocturnos. Ni Manoli, ni Riera ni Tori se recuperarían.
Los sorprendentes volvieron a ser Xavier Camprubí y Rick de las Casas perfectamente habituados a estas lides. El primero se plantó en mesa dos y el segundo se metió en el bolsillo el sub 1800.
Y al final en mesa uno se enfrentaban los dos grandes. Ganó Enric vestido de blanco impoluto. Parecía que de esa mesa salía el campeón cuando las casualidades, las circunstancias y sobretodo el swiss, dejaron claro que el campeón hablaba con acento del sur. Salve Javier Peláez !!!
Y luego para despedida entrega de premios, a los mejores en progresión de la pasada temporada Vanessa Amorós y Xavi Camprubí y al Scrabble Santandreu , campeón de la Carrera de Clubes. Finalmente el organizador tomó la palabra y comenzó la entrega de premios del amistoso de verano por excelencia: la mejores palabras, COLAPEZ y CEPADGO; la partida más reñida Bach- De las Casas; la jugada de mayor puntuación; el premio a la debutante; el premio al jugador de viaje más accidentado (epopeya de Camprubí con retraso de tren, perdida de autobús, taxi nocturno etc etc) y como colofón , el mejor sub 1800 y los tres del podio.
Enorme fin de semana…enorme Ayala…enormes compañeros escrabbleros.
ESPECTACULAR!!!